Docentes venezolanos deben ser reivindicados

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Por: MSc. Carlos E. Pernía C.

Secretario Agrario Nacional
 

El 15 de enero de cada año se celebra en Venezuela el Día del Maestro, fecha propicia para honrar a todos los hombres y mujeres que con orgullo, esfuerzo y sacrificio dedican su vida a la noble labor de formar integralmente al individuo y reforzar adecuadamente la educación en los niños, jóvenes y adultos para su inserción en la sociedad. Pero la realidad es que en Venezuela los maestros, docentes y profesores no tienen nada que celebrar, pues en los últimos años de gestión del actual régimen, esta profesión ha ido en decadencia producto de la crisis económica, política y social que se vive.

El régimen dice haber atendido la educación pero no así a los educadores, principales actores en la formación de nuevas generaciones para la construcción de una mejor sociedad. Los docentes no ganan para adquirir un marcador de pizarra, mucho menos para cubrir sus necesidades básicas ni el sustento diario de alimentación de su grupo familiar, tampoco cuentan con servicio de HCM y menos con un seguro funerario que cubra el 100% de sus gastos, entre otro beneficios que ayuden a mejorar su calidad de vida, lo cual refleja que actualmente los educadores venezolanos viven en precarias condiciones, en pobreza, porque el régimen no quiere reconocer la importancia del docente como formador del individuo para una sociedad justa, de valores democráticos y capaz de transformarse como emprendedores de su propio bienestar económico y social.

Lo anteriormente expuesto es producto de las malas políticas diseñadas por un régimen que no quiere dejar a su pueblo libre, sino obligarlo a vivir de sus dádivas engañosas y de la mala politiquería.

Hoy, más que antes, invito a los docentes a seguir luchando por nuestras reivindicaciones económicas, sociales y políticas, hasta lograr volver a vivir mejor en una Venezuela libre, progresista y de bienestar para todos sus ciudadanos.