Producción en crisis por falta de gasolina
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Foto referencial Internet |
Por: Carlos E. Pernía C
Todas las personas tenemos
derecho a satisfacer nuestras necesidades básicas imprescindibles, como alimentación,
vivienda, salud, educación, vestido, transporte, entre otras consideradas
vitales para el desarrollo social e individual del ser humano.
Pero lamentablemente en
Venezuela la política Democrática de desarrollo -pacífico y estable- que
tuvimos hasta 1998, cambió cuando el pueblo eligió a un militar disfrazado de
demócrata que, una vez en el poder, estableció un régimen populista, socialista,
comunista y dictatorial, impulsando la destrucción del aparato productivo
rentable del país, el cual involucra a los diversos sectores de la economía:
primario, secundario y terciario, entre los que se encuentra la industria
petrolera (producción de combustibles); la industria manufacturera (bienes y
servicios) y a la que no escapó la producción agrícola y pecuaria, formal y
cultural del agrosistema venezolano, perteneciente al sector primario de la
economía.
La ruina del aparato
productivo venezolano trajo como consecuencia la expropiación de grandes
empresas que abastecían el mercado nacional e incluso internacional, llevando a
la quiebra a muchos campesinos, pequeños y medianos productores que hoy día no
cuentan con los recursos económicos necesarios para la adquisición de insumos
agrícolas como semillas, fertilizantes y mucho menos maquinarias, imperiosos
para la producción agrícola y pecuaria, suficientes para que el trabajo en el
campo sea rentable.
Hoy, nos enfrentamos a la
falta de combustibles, imprescindibles -como primer recurso- para la
movilización de todas las maquinarias y vehículos que los productores del campo
requieren para transportar sus cosechas a los mercados de las principales
ciudades del país; pero a esto, también se le suma la inseguridad y el mal
estado en que se encuentran las carreteras nacionales y el llamado “matraqueo” que
aplican las fuerzas policiales (PNB y militares de la GNB) en las alcabalas o
puntos de control en todo el territorio nacional.
Hace apenas unos días, un productor
del municipio Miranda, principal zona productora de hortalizas y primer centro
de acopio a escala nacional, denunció que las cosechas se están perdiendo por
falta de combustibles. Indicó que llevaban – para el momento de la denuncia (a
finales de marzo) – “más de 22 días sin suministro de gasolina ni gasoil” en la jurisdicción, denuncia que hizo
pública uno de los expresidentes de Fedenaga a través de la Red Social Twitter
y divulgada por algunos medios a través de sus páginas web.
Y esta realidad que trastoca la
zona del Páramo, se repite a lo largo y ancho del territorio merideño y
venezolano, sin que haya una respuesta efectiva por parte del Gobierno nacional
o de los “protectores” inconstitucionales que han sido designados por el
Ejecutivo nacional en los estados dirigidos por la oposición.
En el municipio Rangel los productores,
como medida de protesta ante la falta de combustible, trancaron la vía
principal para hacer un llamado al Gobierno.
Misma situación han debido
enfrentar los productores en el municipio Rivas Dávila, donde solo abastecen a un grupo muy pequeño de ellos, lo que les ha
ocasionado grandes pérdidas. Uno de los sectores más afectados es el del cultivo
de flores; allí se produjeron pérdidas millonarias por no poder surtir de
manera normal de combustible y tampoco les fue otorgado el salvoconducto para
tal fin, por tanto no pudieron transportar la producción al mercado nacional.
Es doloroso ver como Mérida,
región que se ha caracterizado por su producción en rubros como apio, papa,
coliflor, lechuga, zanahoria, ajo, remolacha y repollo; destacándose además en el
cultivo de cambures, plátano, caraotas, cacao y café, entre otros, se ha visto
afectada en su producción agrícola por diversas circunstancias debido a la
crisis que atraviesa la nación.
Lo anteriormente expuesto, no
es más que la consecuencia ante la falta de estrategias de un Gobierno que no
ha tenido la capacidad de diseñar una verdadera política social y económica para
recuperar el aparato productivo del país y, por ende, satisfaga las necesidades
básicas de sus habitantes.
Por ello, se hace necesario
que el pueblo, consciente y democrático, se mantenga unido, ahora más que antes,
para enfrentar los cambios que se avecinan en pro de una mejor Venezuela, una
Venezuela libre, verdaderamente democrática, que apuntala sus esfuerzos para la
recuperación económica, política y social.
MSc. Administración de la Educación Básica
Dirigente Agrario de la FECAVE
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