La evolución democrática vs. la revolución bolivariana

Por: MSc. Carlos E. Pernía C

Dirigente agrario de la Fecave

Venezuela inicia a partir del año 1958 el proceso de consolidación democrática, haciendo frente en esa causa a los grupos conocidos como guerrilla urbana y rural. En ese avance, nace en 1961 una nueva Constitución Nacional, en la cual fue establecida la alternabilidad democrática y la oportunidad de que cada gobierno de turno desplegase proyectos políticos que favorecieran el desarrollo integral de los ciudadanos.

Durante el camino democrático se promovió, en favor del desarrollo del país,  la nacionalización de la Industria Petrolera, el programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho; se promulgaron además importantes leyes como la Ley de Reforma Agraria (1960) y 29 años después -en 1989-  la Ley sobre Elección y Remoción de los Gobernadores de Estado y la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público para darle perfectibilidad al sistema democrático a fin de llevar adelante el bienestar social de todos los venezolanos.

Con los ingresos provenientes de la renta petrolera, la minería e impuestos, los cuales formaban parte del Presupuesto Nacional, el Estado atendía las necesidades públicas como sueldos y salarios de los empleados públicos e invertía en obras de infraestructura para las áreas de salud, educación, construcción de carreteras y mantenimiento de servicios públicos esenciales.

Ahora bien, en 1998 los venezolanos eligieron a un militar disfrazado de socialista y anti partidista, quien propuso, entre otras cosas, crear una Asamblea Nacional Constituyente a través de un Referéndum Consultivo para elaborar una nueva Constitución Nacional, el cual fue celebrado y aprobado el 25 de abril de 1999 por una parte del pueblo llamada "mayoría". Esta nueva Carta Magna, titulada Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) establece la organización del Poder Público nacional, definiendo la distribución y el funcionamiento del mismo.

Actualmente, es público y notorio que quienes deben cumplir y hacer cumplir esta constitución así como el resto de las leyes de nuestro país, son los primeros en desconocer sus articulados, títulos y capítulos cuándo, a través del gobierno y de su partido político (PSUV), desconocen la voluntad del pueblo que, por medio del sufragio, eligió a representantes de partidos políticos distintos al oficialismo, como sus gobernantes regionales y municipales.

Estos gobernantes democráticos, regionales y municipales, vienen siendo usurpados por activistas políticos que se hacen mal llamar “protectores del pueblo”, violando de manera flagrante el artículo 138 de la CRBV en el que textualmente dice: “toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”, demostrando que el régimen actual es centralista, comunista, dictatorial, corrupto, destructor de todo el aparato productivo en general, ocasionando con sus acciones la peor crisis política, económica y social de los últimos tiempos.

Ante esta realidad que vivimos en todos los sectores del país y en los diferentes estratos de la sociedad, hoy los venezolanos pedimos a gritos un cambio pronto, urgente, para poder vivir en paz, armonía, felicidad y democracia, donde exista el progreso y desarrollo integral, social y personal, como en la Venezuela democrática, en la Venezuela de otrora.