Los Derechos Humanos en el campo merideño
![]() |
Foto Internet referencial |
Por: MSc. Carlos E. Pernía C
Sec. Gral de la Federación Campesina de
Venezuela
Seccional Mérida
La crisis que golpea a
Venezuela se extiende a todos sus niveles y alcanza los diferentes estratos
sociales. Es la misma realidad para los que están en la ciudad como para
quienes labran tierra; por tanto, los campesinos y productores merideños no han
escapado a esta situación, desatada, principalmente, por la falta de
iniciativas que promuevan el desarrollo humano integral de los hombres y
mujeres que conforman la familia rural, aun cuando la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela contempla los Derechos Humanos, Sociales,
Económicos, Políticos, de Desarrollo Humano e Integral de la Familia, entre
otros.
Sin embargo, estos derechos
hoy son vulnerados por quienes constitucionalmente tienen la responsabilidad de
cumplir y hacer cumplir fielmente la Constitución así como las demás leyes de la
República.
Actualmente se discrimina tanto a
campesinos como a productores agrícolas del estado y del país, al negarles el acceso a los insumos agrícolas, semillas,
créditos, capacitación, asistencia técnica permanente que les ayude a mejorar y
desarrollar sus unidades de producción. Así mismo, son vejados para poder
surtir de combustible sus vehículos de carga y transportar las cosechas a fin
de seguir mejorando su calidad de vida, como parte de su desarrollo integral y el
de su núcleo familiar.
La violación de los derechos
humanos del campesino también se evidencia con el deterioro de los bienes y
servicios, al no contar el campo merideño con la infraestructura necesaria para
que los campesinos puedan cubrir sus necesidades primarias. Carecen de
ambulatorios rurales y los que existen no cuentan con medicamentos, equipos
médicos, ni personal capacitado para atender la salud de estos trabajadores, vialidad
agrícola, sistemas de riego, vivienda rural, servicio eléctrico y de
telecomunicaciones, entre otros servicios básicos que les impide tener una
mejor calidad de vida, como la merecen.
El Estado venezolano se ha
negado a brindar seguridad jurídica, personal y de sus bienes, despojándolos o
expropiándoles sus unidades de producción, poniendo en riesgo total la
seguridad alimentaria y de abastecimiento de la producción agrícola y pecuaria
en los mercados nacionales.
Los derechos humanos de los
trabajadores agrícolas también son vulnerados cuando se deja sin empleo a
personas que desarrollan labores específicas de la producción agrícola y
pecuaria.
Desde el pasado mes de marzo
todos los venezolanos cumplimos la llamada “cuarentena social” con el objetivo
claro de prevenir el contagio del Covid-19, también llamado Coronavirus, medida
dictada por las autoridades nacionales como contención a la pandemia. Pero a la
par, se violan los derechos humanos al prohibir el libre tránsito de personas y
vehículos, sin considerar que no estamos preparados económicamente para
aguantar tanto tiempo encerrados, menos quienes tienen su sustento de lo que
ganan día a día, ya que carecemos tanto de alimentos como de medicamentos para
permanecer en casa por un período largo; a lo que se suma la especulación en
los precios y la falta de un salario digno por la ausencia de buenas políticas
económicas que incentiven el aparato productivo, garantizando el verdadero
desarrollo humano, ese que se venía imponiendo hasta finales de la década de los 90 cuando contábamos con una Ley de Reforma
Agraria que además de proteger, afianzaba el verdadero desarrollo rural
sustentable en Venezuela, pero todo cambió cuando el pueblo decidió elegir al
actual régimen para regir los destinos del país.
Sin dudas, Venezuela necesita
un cambio ya!
Comentarios
Publicar un comentario