Falta de gasolina y alza en los precios de agroquímicos mantienen en jaque a los productores
*** La producción podría ir a cero. La situación es similar tanto en Mérida como en Trujillo y cualquier otro
estado productor de Venezuela. Las malas políticas implementadas, a juicio de
productores, han hecho que la producción haya mermado en un 70 por ciento aproximadamente
en los últimos 20 años
Wendy Molero
El crecimiento del sector agrícola y pecuario
que tuvo su despunte en la década de los 80, ha ido en declive en los últimos
años de este nuevo siglo y hoy día, ante la crisis económica, las fallas en el
sistema eléctrico y la distribución de combustibles que se vive en el país,
está “a pique” y mantiene en jaque a los productores venezolanos.
Jorge Buitrago, quien es productor de
hortalizas en el estado Mérida, considera que la producción en cualquier
momento podría “irse a cero” y desatarse “una hambruna” en el país, pues el
poder adquisitivo del productor es prácticamente nulo, a lo que se suma la
falta de productos y el alto costo de los mismos.
La situación que afrontan los
productores de la región andina es la misma en el resto del país, dice Buitrago,
quien asegura que la escasez de gasolina la cual se ha agudizado tras la llegada de la
pandemia del Covid-19 a Venezuela, ha cercado aún más las posibilidades de que
los trabajadores del campo puedan cosechar para comercializar sus rubros.
Para poder sacar una cosecha de papas,
zanahorias o cualquier otra hortaliza se requiere de una serie de insumos que cuesta
mucho conseguir aquí y para adquirirlos se deben movilizar, como en el caso del
productor Jorge Buitrago, hacia la
frontera con Colombia; pero, ante la dificultad de poder surtir los vehículos
de combustible, se hace imposible producir. Esto, sin contar con lo arduo que
resulta conseguir dólares o pesos para comprar los insumos porque no hay
circulante y, además, su precio es cada vez más elevado.
“La inflación aquí es diaria en el
precio de los productos químicos. En la frontera tienen una estabilidad los
precios, pero con el elemento gasolina cómo se traslada uno, si ya no podemos ni
movilizarnos en el territorio nacional y ahora tenemos 30 días más de
cuarentena”, comentó.
El déficit de gasolina, que es el
motor que mueve a este sector, podría llevar a una paralización de la
producción, pues al no contar con el combustible ¿cómo sacamos la cosechas?, se
preguntó Buitrago quien puso como ejemplo a los productores de los Pueblos del
Sur de Mérida, que están a 4 y hasta 6 horas de viaje del centro de la ciudad y
han tenido – según dijo- pérdidas millonarias por este problema. “Es imposible
trabajar así”.
Por eso considera que “aquí lo que
viene es una escasez total de productos y alimentos, lo cual podría originar
alguna reacción por parte de la sociedad”.
Con la inflación que afecta la
economía venezolana estamos sufriendo – dijo -
porque allá en Colombia es donde podemos surtirnos, porque lo poco que
hay aquí en el país no lo podemos adquirir. “De todas maneras estamos mal así
consigamos productos, pues no hay poder adquisitivo, no hay circulante, para
comprar es en dólares porque aquí ya nadie quiere vender en bolívares”.
Con el tema de la gasolina no se les
ha brindado solución. El Ejecutivo nacional estaba haciendo un censo de
productores para equipar sus vehículos de combustible con un salvoconducto
diario, “pero si no tienes una carga de papa, cambures o lo que sea que
justifique sobre el camión o cualquier unidad, no tienes gasolina, eso es
limitado, 10 o 15 litros dependiendo la distancia para que lleve su producto”,
aseguró.
Para Buitrago, este sector, que es uno
de los primarios dentro de la economía venezolana, ha resultado el más
desfavorecido porque no están pensando en el productor sino solo en el
intermediario, el que carga en su camioneta el producto, “por eso es que pienso
que si seguimos con esta situación la producción se puede ir a cero”.
Aunado a estos problemas, la crisis en
el sistema eléctrico también afecta a los campos de Venezuela, pues es un
servicio de primera necesidad en el sector agrícola.
Sin
apoyo
La crisis del sector agroproductor, se
origina en el año 2002, dice Jorge Buitrago, quien también se gana la vida como
abogado.
En Venezuela –rememoró – el desarrollo
agrícola y pecuario comenzó en los años 80, cuando se crearon diversos organismos
que fueron los encargados de regir las políticas agrícolas de forma eficaz.
Los productores contaban con aportes
crediticios a través del Instituto de Crédito Agrícola y Pecuario (Icap); el Instituto
Agrario Nacional (IAN), que dirigía las políticas de tierra; de igual forma
Foncafe, Foncacao, Inagro, Fonaiap y Corpoandes, entre otras, pero “eso de un
plumazo se acabó en el 2002 y eso originó la catástrofe que tenemos ahorita en
el sector agrícola y pecuario”.
Como ejemplo mencionó a los organismos
nacionales que otorgaban créditos para la infraestructura y la planificación de
la siembra, “pero ese apoyo ya no se le da al productor venezolano, eso se acabó”.
Sin embargo, destacó que el único organismo que, pese a todas las dificultades y
con el poco presupuesto con el que cuenta, otorgado por el Gobierno nacional, está
dándole la mano al productor merideño es el Fondo Merideño para el Desarrollo
Económico y Sustentable (Fomdes), organismo dependiente de la Gobernación de
Mérida, que se preocupa por ayudar al trabajador del campo.
Estos institutos fueron eliminados por
el presidente del momento, sin tomar en cuenta la importancia que los mismos
representaban para la producción alimentaria del país.
Quedaba entonces activa para la
comercialización de los insumos agrícolas la empresa Agroisleña, “la cual
posteriormente fue expropiada por el Gobierno nacional para terminar de hundir
al sector agrícola y ganadero”.
Con la desaparición de estas
instituciones la producción nacional fue disminuyendo, todo comenzó a hacerse
más difícil, dice Buitrago, quien al hacer un rápido análisis considera que la
merma de la producción desde esos años hasta la actualidad alcanza un 70 por
ciento aproximadamente. “Es la naturaleza que es tan benévola, que usted va a
los mercados y todavía ven productos del sector, con toda la crisis que hay
esto es un fenómeno natural, aunque parezca mentira, pero es la mano de Dios metida
ahí”.
Desasistidos
Buitrago asegura que el sector rural
está desasistido, ya que las vías de penetración agrícola están en pésimas
condiciones. “Por parte del Gobierno nacional mas nunca enviaron una máquina para aplanar o quitar un derrumbe,
lo que hacían antes las instituciones dedicadas para eso, para atender la
infraestructura agrícola, desaparecieron, el productor está desamparado
totalmente”.
En cuanto a la importación de semillas,
esto es un beneficio del que ya no disfrutan desde hace varios años. “El gobierno
más nunca trajo semillas importadas, hace un tiempo trajo un lote desde Canadá que
contaminó la tierra, porque venía infectada; yo fui uno de los afectados con
ese problema”.
Trujillo
también padece
Wilmer Albarrán, quien es productor de
caña de azúcar en la denominada zona baja del estado Trujillo, en la localidad
conocida como El Cenizo, habló de los problemas que enfrentan los productores
trujillanos y aunque en menor proporción, la escasez de combustible es el
denominador común en ambos estados.
“Está muy fuerte aquí el problema de
la gasolina. Si se surte de gasolina, pero no todo el tiempo, mayormente se
está surtiendo es para la comercialización de los productos con salvoconducto,
pero si hay problemas”, dijo.
Hasta ahora, contó, no hay reportes de
pérdida total de cosechas, pero producir los diferentes rubros es una tarea
titánica, pues también se han visto afectados desde hace unos seis meses con
los altos costos de los insumos agrícolas.
“Yo le voy a decir la verdad, la
adquisición de los productos prácticamente se está haciendo bajo perfil, porque
casi no se encuentran. En los establecimientos dedicados a la venta de estos
productos casi no hay”, expresó.
¿Y
los precios son muy altos?
Si, altísimos, altísimos. Recientemente
un productor amigo tuvo un problema con una siembra de ají que le cayó plaga y fue
imposible comprar los productos que requería por el costo, ya que además de
pagarlos de acuerdo al valor del dólar paralelo, cuesta mucho conseguirlos, “porque
se encuentran por terceras personas o revendedores, no en los comercios
establecidos para ello; a veces los productos no vienen ni siquiera sellados y
otras son adulterados”.
Albarrán precisó que el precio de los
agroinsumos es afectado por la inflación y el producto que hoy puede comprarle
a un revendedor a 30 dólares, porque son comercializados en moneda extranjera,
ese mismo producto cuando lo vuelva a comprar puede estar en 35 o en 40 dólares.
“Casi el 100 por ciento de los
productos se está comprando en dólares no en moneda nacional y el dólar va en alza
cada día más y eso es un problema grave; nadie quiere vender en moneda
venezolana y nosotros los productores no vendemos en moneda extranjera, tú
arrimas una caña en un central azucarero y el central te liquida en bolívares
no en dólares”, indicó.
La situación que afrontan ha sido
discutida en reuniones y se les ha hecho saber a los entes competentes, sin
embargo hasta ahora no hay solución.
Asegura Albarrán que la escasez de
combustible también ha influido en el alza del precio de los productos
agrícolas.
La llegada del Covid-19 a Venezuela ha
afectado considerablemente la comercialización de la producción agrícola en el
estado Trujillo.
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